domingo, 14 de junio de 2009

Bienvenidos

Bienvenidos a este espacio de reflexión, para que en el plano de la discusión de ideas podamos aportar, sin distinción de grupos políticos y posiciones religiosas, a construir un mejor país. Hacerlo con altura de miras es imperativo, pero a la vez con una crítica responsable que marque la diferencia, aunque no sea lo políticamente correcto. La actividad de los científicos es sin duda una tarea de elites, pues en ciencia no cabe otra opción que la excelencia tras la búsqueda libre del hombre de ciencia de una explicación para los fenómenos del universo y de los procesos vitales. Sin embargo los científicos somos parte de la gran comunidad país y por ello tenemos no sólo el deber de aportar con nuevos descubrimientos, sino también debemos contribuir para que nuestro país tome finalmente una senda clara al desarrollo.
Hay que pensar en grande pero siempre con el compromiso ético presente. Nos cabe el convencimiento que desde el conocimiento científico se puede efectivamente innovar, generar nuevas tecnologías, y lograr no sólo un impacto social de ese conocimiento, sino también económico. La innovación conlleva la necesidad de generar valor, y es lo que ahora necesita Chile para su crecimiento económico y dejar atrás el subdesarrollo. Innovar significa también romper esquemas y abrir nuevos caminos en las ciencias biomédicas y desarrollos tecnológicos. Así, muchos científicos nos encontramos frente a la necesidad de involucrarnos en los temas de emprendimiento y gestión, para construir un país mejor, para que las tareas se hagan bien y no a medias. El gran tema que toca precisamente a Chile, es cómo beneficiarse del propio conocimiento generado intelectualmente en el país, para proyectarlo hacia aplicaciones constructivas en el plano de la innovación.